Entusiasmados con las impresiones de las últimas semanas y con ganas a más aventuras d cicloviaje, decidimos continuar nuestra luna de miel. El salto sobre el océano requirió algunos preparativos: Así que tuvimos que comprar piezas de repuesto para Düsi - ya que es conocido que en Patagonia las distancias entre las tiendas de bicicleta son largas; además tuvimos que conseguir algunas adquisiciones nuevas como por ejemplo un filtro de agua para estar preparados para regiones poco pobladas o ropa contra la lluvia. Además, queríamos despedirnos de nuestra familia y amigos, que estaban desgarrado entre entusiasmo por nuestro proyecto y tristeza por nuestra larga ausencia.

Después de varias semanas en la bonita región de Mühlviertel llena de colores de otoño - muchas gracias a la hermana de Katharina y a su familia por el alojamiento, la comida y la bebida - y a algunas bonitas celebraciones, nos dirigimos hacia Sudamérica. Hicimos una última parada cerca de Viena en la casa de la hermana de Matthia - ¡también muchas gracias por los agradables días!

Austria se despide de nosotros con las primeras nieves del año. Así que volamos de temperaturas alrededor de cero a 30 grados en Buenos Aires al frío de Ushuaia en Tierra del Fuego.

Incluso para personas con experiencia en el transporte de bicicletas, un vuelo con un tándem en el equipaje es siempre una aventura, porque en cada aeropuerto y con cada compañía aérea el asunto se arregla de forma diferente. Así es que también esa vez llegamos a nuevos conocimientos:

Después de las escalas en Oslo y Londres pasamos casi un día entero en los aeropuertos de Buenos Aires hasta que aterrizamos en Ushuaia con el avión de las cinco de la mañana. Otros ciclistas nos dijeron que teniamos suerte, porque dos días después comenzó una huelga y muchos de ellos estuvieron atrapados en Buenos Aires durante varios días. Encima, algunos tuvieron que cambiar su ruta y no pudieron volar a su destino deseado.

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